Partidarios y críticos comparten sus opiniones sobre el nuevo cargo a conductores.
Después de un largo debate, la ciudad de Nueva York ha implementado oficialmente un nuevo cargo de nueve dólares para los conductores que ingresen a la mitad sur de Manhattan, mientras que los camiones deberán pagar una tarifa más alta. La ley entró en vigor el 9 de enero y tiene como objetivo reducir el tráfico excesivo que ha afectado a Nueva York en los últimos años. Además, se espera que disminuya la contaminación en la ciudad, ya que el gran volumen de vehículos ha deteriorado la calidad del aire.
El cargo se aplicará automáticamente a cualquier vehículo que pase por alguna de las 1,400 cámaras instaladas en la ciudad, las cuales leerán las placas de los automóviles y cobrarán automáticamente los nueve dólares. La mayor parte de los fondos recaudados se destinarán a la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) para mejorar los subterráneos y otros medios de transporte en Nueva York. “Estamos perdiendo una cantidad enorme de dinero, literalmente miles de millones de dólares, con la gente atrapada en el tráfico… podemos marcar la diferencia y hacer de esta ciudad un lugar mucho mejor para todos,” dijo Janno Lieber, director de la MTA.
Sin embargo, no todos en Nueva York están tan entusiasmados como Lieber. Según la MTA, aproximadamente 150,000 personas conducen hacia Manhattan para trabajar, y este nuevo cargo podría dificultar aún más los desplazamientos. John McDonagh, un taxista con más de 40 años de experiencia en Manhattan, expresó su oposición, afirmando que el cargo es simplemente una estrategia para recaudar dinero. “Esto no reducirá la congestión aquí”, dijo McDonagh. “El diseño de las calles en Nueva York ahora incluye un carril de autobuses de un lado, un carril para bicicletas del otro y barreras de concreto. Entonces, con solo 10 autos ya tienes congestión.”
Cuando se le preguntó si los conductores deberían usar el metro en su lugar, McDonagh descartó la idea, citando los recientes incidentes de violencia que ocurren a diario en el sistema de transporte. “Tuvimos una mujer que fue quemada en el metro. Hay personas siendo empujadas a las vías, robos. Y si tomas el metro en Nueva York, saltar el torniquete ahora es un deporte olímpico,” comentó McDonagh.
El presidente Donald Trump, originario de Nueva York y dueño de propiedades en Manhattan, también expresó su oposición al cargo, calificándolo como un “desastre para NYC.” En una publicación en redes sociales, el presidente prometió que eliminará la ley durante su primera semana en el cargo. Sin embargo, partidarios como Lieber argumentan que Trump probablemente no podrá derogar, ya que es una ley estatal y no federal. A pesar de ello, con un Congreso de mayoría republicana, es posible que la ley sea revocada en las próximas semanas si no muestra resultados positivos.