México está en una posición estratégica para capitalizar su cercanía con EE. UU. y continuar desarrollando relaciones exteriores que no comprometan esa ventaja.
En un momento en que el mapa geopolítico se reconfigura y las alianzas económicas ganan peso estratégico, la American Society en México subrayó la importancia de que el país mantenga una relación prioritaria y sólida con Estados Unidos. Según Larry Rubín, presidente del organismo, es clave que México enfoque sus esfuerzos en fortalecer su vínculo económico con su principal socio comercial, especialmente ante el inicio de nuevos aranceles y la futura revisión del T-MEC en 2026.
Rubin hizo estas declaraciones tras la reciente visita del canciller Juan Ramón de la Fuente a Brasil, uno de los países fundadores del bloque BRICS, integrado también por Rusia, India, China y Sudáfrica. Aunque México no ha manifestado intención de integrarse al grupo, Rubín señaló que los acercamientos diplomáticos generan atención en Washington, dada la presencia de actores con intereses contrapuestos, como China y Rusia.
“No se trata de Brasil como tal, sino del contexto global en el que Rusia y China juegan un papel muy distinto al de Estados Unidos”, explicó Rubín. “Hoy, más que nunca, es valioso mantener el eje económico en línea con nuestro mayor aliado comercial”.
El representante también reconoció los esfuerzos continuos del gobierno mexicano para fortalecer la cooperación bilateral, tanto a nivel gubernamental como con la sociedad civil estadounidense, lo cual —dijo— es una señal positiva para los inversionistas y empresas.
Sobre los nuevos aranceles que entran en vigor en agosto, Rubín aclaró que, si bien aplican a productos fuera del T-MEC, el tratado ofrece un marco de certeza jurídica para la mayoría del comercio bilateral. Esta estructura, añadió, será crucial conforme se acerque el proceso de revisión del acuerdo en 2026.
En este contexto de transformación económica y realineamientos globales, Rubín consideró que México está en una posición estratégica para capitalizar su cercanía con EE. UU. y continuar desarrollando relaciones exteriores que no comprometan esa ventaja.
Sin descartar la importancia de explorar nuevos lazos internacionales, el mensaje de fondo es claro: fortalecer lo que ya funciona, aprovechar los beneficios del T-MEC y navegar con cautela en un escenario mundial en constante cambio.