La tormenta trae alivio, pero no es suficiente. La sequía y el riesgo de incendios persisten.
Mientras la alerta por incendios se disipa, el sur de California se prepara para un cambio drástico en las condiciones climáticas. El Servicio Meteorológico Nacional ha anunciado una vigilancia de tormenta invernal para las zonas montañosas desde la mañana del domingo hasta el martes, lo que traerá lluvias muy necesarias y posibles nevadas en elevaciones superiores a los 1,000 metros.
A pesar del esperado alivio, la amenaza de incendios sigue latente. La sequía extrema que ha marcado el inicio del año hidrológico —considerado el más seco en la historia de San Diego— ha dejado el terreno vulnerable a nuevos brotes de fuego. Aunque la lluvia ayudará a mitigar el peligro durante el fin de semana, no significa el fin de la temporada de incendios.
Cortes de energía y recursos para la comunidad
Los fuertes vientos y la sequedad del aire han llevado a San Diego Gas & Electric a implementar cortes preventivos de energía para más de 2,000 clientes, con el objetivo de evitar chispas causadas por líneas eléctricas afectadas por el viento. La compañía ha advertido a más de 80,000 clientes sobre posibles interrupciones adicionales mientras las condiciones persistan.
Para apoyar a los afectados, se han habilitado centros de recursos comunitarios en diferentes puntos de la región, donde los residentes pueden acceder a WiFi, estaciones de carga, agua y snacks, además de un refugio temporal ante el frío.
Lo que se espera del clima
La tormenta pronosticada traerá un marcado descenso de temperaturas, con máximas que podrían ser entre 10 y 15 grados Celsius más bajas de lo habitual. Se prevé la posibilidad de nieve en las montañas locales, con acumulaciones a partir de los 1,000 metros de altitud.
A pesar de la llegada de la lluvia, los expertos advierten que los efectos de la sequía siguen siendo graves. California ha enfrentado una serie de impactos devastadores relacionados con la falta de agua, desde temporadas de incendios más largas hasta una drástica reducción en los niveles de ríos y embalses.
El cambio climático ha intensificado los desafíos para California, donde la gestión del agua se ha convertido en un tema de debate. Históricamente, la sequía ha afectado tanto a la agricultura como al turismo, provocando pérdidas económicas y desplazamientos en la fauna local. Las políticas de conservación y la implementación de cultivos resistentes a la sequía se han vuelto esenciales para mitigar estos efectos.
Por ahora, las autoridades instan a la población a mantenerse alerta, prepararse para condiciones invernales y seguir las recomendaciones de seguridad ante posibles inundaciones repentinas en áreas afectadas por incendios recientes.