El gobierno federal considera que permitir regulaciones distintas en cada estado podría crear incertidumbre legal.
La Casa Blanca anunció una nueva política federal que busca ordenar cómo se desarrolla y regula la inteligencia artificial en Estados Unidos, una tecnología que avanza más rápido que muchas de las leyes destinadas a supervisarla. El enfoque parte de una premisa clara: la inteligencia artificial no puede regirse por un conjunto disperso de normas estatales sin generar consecuencias económicas y estratégicas.
Según documentos oficiales, el gobierno federal considera que permitir regulaciones distintas en cada estado podría crear incertidumbre legal, elevar costos para las empresas y desalentar la innovación. En sectores donde la inteligencia artificial ya es central, como defensa, transporte, salud, servicios financieros y logística, esa fragmentación podría traducirse en menor competitividad frente a otros países.
El nuevo marco establece que la política nacional sobre inteligencia artificial debe definirse a nivel federal, especialmente cuando se trata de tecnologías con impacto en la seguridad nacional y en el liderazgo económico del país. La Casa Blanca sostiene que un enfoque uniforme facilita la inversión, la investigación y el despliegue responsable de nuevas herramientas tecnológicas.
En la hoja informativa publicada por el gobierno, se señala que la medida no elimina la necesidad de supervisión, sino que busca concentrarla en estándares claros, previsibles y aplicables en todo el país. El objetivo es reducir el riesgo de regulaciones contradictorias que puedan frenar el desarrollo tecnológico sin mejorar la seguridad o la protección de los usuarios.
Este anuncio se produce en un contexto de creciente competencia internacional en inteligencia artificial. Reportes públicos del gobierno federal han advertido que países como China avanzan bajo marcos nacionales centralizados, lo que les permite coordinar inversión, investigación y despliegue tecnológico de forma más rápida. Desde esta perspectiva, la falta de una política nacional clara podría colocar a Estados Unidos en desventaja.
Para contexto adicional sobre el impacto económico y estratégico de la inteligencia artificial, el Departamento de Comercio y la Oficina de Política Científica y Tecnológica han publicado análisis públicos sobre competitividad tecnológica y seguridad nacional.






