Millonarios fondos federales han sido utilizados para facilitar la migración irregular, generando un intenso debate sobre transparencia y prioridades gubernamentales.
Un reciente análisis del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), promovido por Elon Musk, ha revelado el uso de miles de millones de dólares en fondos federales para financiar la llegada y permanencia de migrantes irregulares en Estados Unidos.
Según los hallazgos, desde 2021 el gobierno de Biden ha canalizado recursos a través del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), desviando fondos originalmente destinados a emergencias y asistencia social para ciudadanos estadounidenses. Se estima que el HHS ha recibido 31 mil millones de dólares en los últimos cuatro años para proporcionar vivienda, atención médica y apoyo legal a migrantes irregulares.
Además, FEMA asignó 2.2 mil millones de dólares mediante su Programa de Refugio y Servicios, beneficiando a ciudades como Nueva York, Chicago, Washington D.C. y Filadelfia, todas con políticas de “santuario”. En 2024, se destinaron 640.9 millones de dólares exclusivamente para cubrir costos relacionados con la llegada de migrantes a estas comunidades. También se identificaron pagos de 59 millones de dólares en Nueva York para albergar a migrantes en más de 200 refugios improvisados, incluyendo hoteles de lujo.
Las organizaciones religiosas y humanitarias también han sido receptoras de estos fondos. Se reportó que Catholic Charities USA obtuvo 1.4 mil millones de dólares en 2021, mientras que en 2024 Jewish Family Services recibió hasta 600 millones de dólares trimestrales y Lutheran Refugee and Immigrant Services más de 550 millones en un solo año.
Estos datos han reavivado el debate sobre la gestión de la crisis migratoria y el uso de los recursos públicos, generando cuestionamientos sobre la transparencia y la prioridad en la asignación de fondos federales.
