Trudeau es uno de los líderes más jóvenes de Canadá.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha anunciado su renuncia como líder del Partido Liberal tras casi una década en el cargo. En una conferencia de prensa en Ottawa, Trudeau expresó que, aunque sigue comprometido con su amor por el país, no es la persona indicada para liderar a los liberales en las próximas elecciones.
“Me he levantado cada día con la determinación de luchar por Canadá, pero este es un momento crítico, y nuestro país merece una verdadera elección en las próximas elecciones”, declaró.
Su renuncia llega en un clima político adverso para el Partido Liberal, que enfrenta serias posibilidades de perder frente al Partido Conservador, liderado por el polémico Pierre Poilievre. Poilievre ha ganado apoyo con una retórica populista y promesas de reducir impuestos, controlar la inmigración y devolver el control a los ciudadanos.
Trudeau enumeró logros como el apoyo a Ucrania, medidas contra el cambio climático y la respuesta a la pandemia de COVID-19 como hitos de su mandato. Sin embargo, reconoció que le queda un “único lamento”: no haber reformado el sistema electoral canadiense.
La renuncia de Trudeau también resalta los desafíos internos de su partido. Desde la abrupta salida de su aliada Chrystia Freeland hasta una caída en su popularidad —actualmente en un 22%—, su liderazgo ha sido objeto de creciente presión. Los liberales han gobernado en minoría desde 2019, y su capacidad de mantener el poder se ha erosionado significativamente.
El anuncio también incluye la suspensión del parlamento hasta el 24 de marzo, tiempo durante el cual el Partido Liberal seleccionará a su nuevo líder. Según Trudeau, esta decisión es necesaria para superar el estancamiento legislativo actual.
Trudeau, hijo del emblemático primer ministro Pierre Trudeau, llegó al poder en 2015 con promesas de cambio progresista. Durante su mandato, implementó políticas clave como la legalización del cannabis, un gabinete paritario de género y medidas para la reconciliación con las comunidades indígenas. Sin embargo, los últimos años estuvieron marcados por escándalos, controversias por fotos de su juventud y críticas por los mandatos de vacunas durante la pandemia.
Aunque algunos ven su salida como el fin de una era, otros, como el líder conservador Poilievre, la consideran un cambio superficial. “Todos los liberales apoyaron sus políticas durante nueve años; ahora solo quieren otro rostro para continuar con lo mismo”, afirmó Poilievre.
El legado de Trudeau será evaluado con el tiempo, pero su salida marca un punto de inflexión para la política canadiense. Mientras tanto, Canadá enfrenta un futuro incierto bajo un liderazgo aún por definir.
