Esto ocurre semanas después de que el presidente fuera destituido por intentar implementar la ley marcial en Corea del Sur.
El mes pasado, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, conmocionó al país tras intentar imponer la ley marcial y establecer un gobierno militar sobre los ciudadanos surcoreanos. El intento se convirtió en una crisis política sin precedentes en el país, lo que generó críticas tanto de líderes surcoreanos como de aliados en las Naciones Unidas. El plan fue anunciado por televisión el 3 de diciembre, cuando el presidente Yoon afirmó que era necesario implementar la ley marcial para proteger al país de “fuerzas antiestatales” que supuestamente se habían aliado y simpatizaban con sus enemigos en Corea del Norte.
Tras el anuncio, el ejército suspendió inmediatamente toda actividad en el parlamento e intentó tomar el control de todos los medios de comunicación del país. Apenas dos horas después, el líder de la oposición del Partido Democrático, Lee Jae-myung, reunió a los miembros del parlamento para una votación de emergencia con el fin de bloquear el intento del presidente de imponer la ley marcial. Soldados armados con rifles intentaron detener la votación irrumpiendo en el edificio del parlamento, pero no lograron hacerlo, ya que fueron detenidos por miles de manifestantes que se congregaron frente al parlamento para impedir la instauración de la ley marcial. El conflicto se extendió hasta los pasillos del edificio, donde se pudo ver a los soldados rompiendo ventanas mientras se enfrentaban a los manifestantes.
A pesar del intento del presidente y del ejército de evitar la votación de emergencia, los 190 miembros del parlamento presentes votaron de manera unánime para bloquear la implementación de la ley marcial. Incluso miembros del partido del presidente se opusieron a sus acciones. El 14 de diciembre, el parlamento aprobó la destitución del presidente Yoon, suspendiendolo de sus funciones. Ahora, el presidente ha hecho historia al convertirse en el primer presidente surcoreano en ejercicio en ser acusado de un crimen.
El presidente fue acusado formalmente el 27 de enero de insurrección contra el estado, un delito que puede ser castigado con cadena perpetua o incluso con la pena de muerte, aunque Corea del Sur no ha llevado a cabo una ejecución en décadas. Han Min-soo, portavoz del principal partido de oposición, el Partido Democrático, expresó su apoyo a la acusación durante una conferencia de prensa, afirmando que el presidente Yoon finalmente enfrentará las consecuencias por ser el líder de una insurrección.
El equipo legal del presidente Yoon criticó los cargos en su contra y prometió exponer cualquier irregularidad en la investigación. “La fiscalía ha cometido un grave error al reducirse a ser el brazo acusador del la CIO y una herramienta de intereses políticos”, declararon los abogados de Yoon en referencia a la investigación en su contra.
Los simpatizantes del presidente también han expresado su apoyo. El viernes pasado, decenas de miles de personas se manifestaron para exigir la liberación del presidente Yoon y su regreso al cargo. En caso de que Yoon sea destituido de forma definitiva, se convocará a elecciones presidenciales en un plazo de 60 días.