Adiós a los celulares en las escuelas de Los Ángeles: una medida que cambiará la dinámica estudiantil

Cada escuela del distrito tendrá cierta flexibilidad para aplicar la norma.

Las escuelas del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD, por sus siglas en inglés) experimentan un cambio radical en la vida de sus estudiantes: la prohibición total del uso de celulares durante el horario escolar, incluyendo almuerzos y recesos. La medida, aprobada en junio de 2024 por la junta del distrito con una votación de 5-2, busca reducir distracciones en el aula, combatir el ciberacoso y mejorar la salud mental de los adolescentes.

El debate sobre la influencia de los dispositivos móviles en los estudiantes no es nuevo. Investigaciones han vinculado el uso excesivo de teléfonos con mayores niveles de ansiedad, depresión, trastornos del sueño e incluso pensamientos suicidas entre jóvenes. Para el superintendente del LAUSD, Alberto Carvalho, esta restricción es una oportunidad para devolverles a los estudiantes algo que la tecnología les ha arrebatado: la interacción cara a cara. “Queremos que los niños sean niños otra vez, que se miren a los ojos, hablen entre ellos y se concentren en aprender sin distracciones”, afirmó.

¿Cómo funcionará la restricción?

Cada escuela del distrito tendrá cierta flexibilidad para aplicar la norma. Algunas almacenarán los dispositivos en compartimentos seguros dentro de los salones, mientras que otras exigirán que permanezcan apagados y guardados en las mochilas. También se incluyen en la prohibición relojes inteligentes, auriculares y gafas con conexión a internet.

Sin embargo, habrá excepciones. Los estudiantes con necesidades educativas especiales o que requieran sus teléfonos para propósitos de traducción podrán utilizarlos bajo ciertas condiciones. Además, en situaciones de emergencia, el personal escolar tendrá la última palabra sobre si los alumnos pueden acceder a sus dispositivos.

Un cambio con opiniones divididas

No todos están convencidos de la efectividad de la medida. Algunos padres consideran que los teléfonos son una herramienta fundamental para la seguridad de sus hijos y temen que, en caso de emergencia, la falta de comunicación pueda ser un problema.

Entre los propios estudiantes, la respuesta es mixta. Mientras que algunos creen que la norma les permitirá enfocarse más en sus estudios, otros cuestionan cómo afectará actividades extracurriculares, como el manejo de redes sociales escolares. 

Los docentes, en cambio, aplauden la iniciativa. Leticia Carlos, profesora de matemáticas en Roosevelt High School, ya implementó un sistema de almacenamiento de celulares en su aula y ha notado cambios positivos. “Cuando los estudiantes no tienen sus teléfonos, participan más, están atentos y se dan cuenta de que aprender es más sencillo de lo que pensaban”, aseguró.

Un paso adelante para el estado de California

El veto a los celulares en las escuelas de Los Ángeles se adelanta a una medida estatal más amplia. En agosto de 2024, el gobernador Gavin Newsom promulgó la ley Phone-Free School Act, que exigirá a todos los distritos escolares de California implementar restricciones similares antes de julio de 2026. “Sabemos que el uso excesivo del celular afecta la salud mental de los estudiantes, pero tenemos la responsabilidad de intervenir”, dijo Newsom al firmar la ley.

Con el tiempo, se verá si esta política logra su objetivo o si la resistencia de estudiantes y padres obliga a replantear su aplicación. Por ahora, el LAUSD ha marcado el inicio de una era en la que la educación, al menos dentro de sus aulas, intentará imponerse sobre las pantallas.