Las conversaciones en Riad subrayan la urgencia de Washington por poner fin al conflicto.
En una reunión sin precedentes en Arabia Saudita, funcionarios de EE.UU. y Rusia discutieron no solo un posible fin del conflicto en Ucrania, sino también las “oportunidades económicas y de inversión” que podrían surgir con la paz. Las conversaciones, celebradas en el Palacio de Diriyah en Riad, representan el diálogo más extenso entre ambos países en tres años y marcan un drástico cambio de rumbo en la estrategia de Washington hacia Moscú.
El encuentro, del que fueron excluidos representantes de Ucrania y Europa, ha despertado temores en Kyiv y en el continente europeo de que Donald Trump esté preparando un acuerdo de paz favorable a Vladimir Putin. Desde Mar-a-Lago, Trump minimizó las preocupaciones ucranianas y, sorprendentemente, sugirió que Kyiv era responsable de la guerra. “Hoy escuché, ‘Oh, no nos invitaron’. Bueno, han estado allí por tres años. Deberían haberlo terminado hace tres años – nunca deberían haberlo empezado. Podrían haber hecho un trato”, afirmó.
El secretario de Estado, Marco Rubio, anunció la creación de un equipo de alto nivel para apoyar las negociaciones de paz y explorar los beneficios económicos del fin del conflicto. En la mesa de negociaciones también estuvieron el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y el asesor de política exterior de Putin, Yuri Ushakov, junto con el asesor de seguridad nacional de EE.UU., Mike Waltz, y el enviado especial de Trump para Medio Oriente, Steve Witkoff.
Rubio aseguró que cualquier resolución de la guerra “debe ser aceptable para todas las partes involucradas, incluyendo Ucrania, Europa y Rusia”, aunque en Europa persisten las dudas. La jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas, advirtió en redes sociales: “Rusia intentará dividirnos. No caigamos en su trampa. Trabajando junto a EE.UU., podemos lograr una paz justa y duradera en los términos de Ucrania.”
¿Diplomacia o cambio de alianzas?
Las conversaciones en Riad subrayan la urgencia de Washington por poner fin al conflicto, lo que ha generado alarma en Kyiv. Durante su visita a Ankara, el presidente Volodymyr Zelenskyy condenó las negociaciones a puertas cerradas y reafirmó que no aceptará imposiciones de Putin.
Mientras tanto, Lavrov reiteró la postura rusa de que la expansión de la OTAN representa una amenaza directa para la soberanía rusa. También rechazó una propuesta estadounidense para cesar los ataques a infraestructuras energéticas, negando falsamente que Moscú haya atacado el suministro civil de Ucrania.
Cambio de postura de Estados Unidos en la ONU provoca rechazo global
Simultáneamente, Estados Unidos sorprendió al votar en contra de una resolución de la ONU que condenaba la invasión rusa de Ucrania, alineándose con Moscú, Corea del Norte y Bielorrusia. En su lugar, Washington presentó su propia resolución llamando al fin del conflicto, pero sin responsabilizar explícitamente a Rusia.
El giro en la política estadounidense ha causado preocupación en Europa, donde líderes como Emmanuel Macron y Keir Starmer han viajado a Washington para discutir el futuro del apoyo a Ucrania.
¿Qué sigue?
Las negociaciones en Riad plantean interrogantes sobre el futuro del conflicto y el papel de EE.UU. en Europa. A medida que se desarrollan las conversaciones, el mundo observa con cautela lo que podría ser una redefinición del equilibrio de poder en el continente.