l Departamento del Tesoro bajo escrutinio tras $4.7 billones en pagos sin rastreo.
El Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), encabezado por Elon Musk, ha destapado una falla significativa en el seguimiento del gasto público en Estados Unidos. Según un informe publicado recientemente, el Departamento del Tesoro habría realizado pagos por hasta $4.7 billones sin un registro adecuado que permita su rastreo.
La clave del problema radica en el Símbolo de Acceso al Tesoro (TAS, por sus siglas en inglés), un código que vincula cada pago a una partida presupuestaria específica. Hasta ahora, el TAS era opcional en muchas transacciones gubernamentales, lo que permitió que enormes sumas de dinero se distribuyeran sin trazabilidad. DOGE ha anunciado que, a partir del sábado pasado, este código será obligatorio en todas las futuras transacciones del gobierno, lo que, según Musk, representa una “mejora importante en la integridad de los pagos del Tesoro”.
Pero este no es el único hallazgo de DOGE. La agencia también ha puesto la mira en el sistema de Seguridad Social, revelando que millones de estadounidenses fallecidos siguen figurando como beneficiarios activos. Un análisis de la base de datos arrojó cifras sorprendentes: más de 20 millones de personas registradas como mayores de 100 años,incluyendo 3.9 millones entre 130 y 139 años, 3.5 millones entre 140 y 149 años, y 1.3 millones entre 150 y 159 años. En los registros incluso figura un ciudadano “vivo” de más de 360 años de edad.
El descubrimiento ha impulsado a DOGE a solicitar acceso a la base de datos Integrated Data Retrieval System (IDRS) del Servicio de Impuestos Internos (IRS), un sistema altamente protegido que contiene información financiera de millones de contribuyentes, incluyendo números de identificación, detalles bancarios y registros fiscales. La petición ha generado inquietud en el IRS, donde funcionarios advierten sobre los riesgos de posibles filtraciones de datos personales. Sin embargo, la administración Trump ha defendido la iniciativa, argumentando que la agencia tiene como misión reducir el fraude, eliminar el despilfarro y mejorar la eficiencia del gobierno.
Más allá de sus hallazgos en el Tesoro y el IRS, DOGE ha comenzado un proceso de purga en la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), despidiendo a cientos de empleados en periodo de prueba. Además, el recién confirmado Secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, Scott Turner, anunció una colaboración con DOGE para revisar cada gasto de la agencia, con el objetivo de garantizar que los fondos se usen de manera eficiente en comunidades rurales, urbanas y tribales.
Según Turner, la agencia ya ha recuperado $260 millones en ahorros. Musk, por su parte, aseguró que se han recuperado $1.9 mil millones en fondos mal administrados dentro del Departamento de Vivienda.
El impacto de DOGE en el gasto público se refleja en cifras: en su primer mes de funcionamiento, la agencia afirma haber generado ahorros de $55 mil millones a los contribuyentes. Estos provienen de la detección de fraude, la cancelación y renegociación de contratos y arrendamientos, la venta de activos, la eliminación de subvenciones y la reducción de personal.
Hasta ahora, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) encabeza la lista de entidades gubernamentales con mayores “ahorros en contratos”, seguida por el Departamento de Educación, la Oficina de Gestión de Personal, el Departamento de Salud y Servicios Humanos y el Departamento de Agricultura.
El debate sobre el alcance de DOGE dentro del gobierno de Trump sigue abierto, pero una cosa es clara: su presencia ha puesto bajo el reflector la administración del dinero público en Estados Unidos y ha generado interrogantes sobre cómo el gobierno maneja y supervisa su propio presupuesto.