California avanza hacia un posible Calexit: los secesionistas reciben luz verde para su petición

Un sueño independentista que, al menos por ahora, sigue en el aire.

El movimiento independentista de California ha dado un paso clave hacia su soñada secesión: las autoridades estatales han autorizado la recolección de firmas para impulsar un referendo no vinculante sobre la independencia. Aunque la posibilidad de que el estado más poblado de EE.UU. se convierta en una nación soberana sigue siendo un sueño lejano, la iniciativa Calexit cobra renovado protagonismo.

La secretaria de Estado de California, Shirley Weber, dio el visto bueno para que Marcus Ruiz Evans, actual líder del movimiento, comience la recolección de 546,651 firmas de votantes registrados. Si lo logra antes del 22 de julio, la medida podría aparecer en la boleta electoral de noviembre de 2028. No obstante, para que prospere, al menos el 50% del electorado deberá participar y un 55% de los votantes tendrá que respaldar la secesión. Aun así, el resultado sería meramente simbólico: una declaración de “falta de confianza en Estados Unidos” y una expresión de deseo de independencia por parte de California.

El movimiento Calexit no es nuevo, pero ha enfrentado varios tropiezos. En 2023, la organización YesCalifornia, uno de los principales promotores de la causa, suspendió sus actividades alegando que la campaña había degenerado en una mezcla de delirios personales y ambiciones políticas. Además, su exlíder, Louis Marinelli, fue señalado por supuestos vínculos con la inteligencia rusa. Ahora, Ruiz Evans ha tomado las riendas, con una postura marcadamente progresista y un fuerte rechazo hacia el expresidente Donald Trump.

Los defensores de la independencia californiana argumentan que el estado, con su sexta economía mundial, no necesita a Washington. “California es más rica que Francia y tiene más habitantes que Polonia”, afirman en su sitio web. Sostienen que el estado financia a otros sin recibir beneficios proporcionales y que sus valores chocan con los del resto del país.

La campaña también destaca que, desde 1876, los votos electorales de California no han cambiado el resultado de una elección presidencial, lo que refuerza su sentimiento de irrelevancia dentro del sistema político estadounidense. En cuestiones como educación, inmigración, políticas medioambientales y derechos civiles, los secesionistas creen que California estaría mejor como país independiente que como un estado más de EE.UU.

Aunque la propuesta suena atractiva para algunos, la viabilidad legal de una secesión sigue siendo una gran interrogante. Expertos en derecho constitucional subrayan que la salida de un estado de la Unión no está contemplada en la legislación estadounidense. Sin embargo, los independentistas recuerdan que la Declaración de Independencia de EE.UU. establece el derecho de los pueblos a “disolver los lazos políticos” que los unen a una nación.

En medio de este debate, Silicon Valley también se ha sumado a la conversación. Shervin Pishevar, uno de los primeros inversionistas de Uber, ha ofrecido financiar la campaña por el “Sí” a la independencia. Otros proponen que estados vecinos como Oregón y Washington se sumen para formar “el país más relajado y cool del mundo”.

Mientras tanto, en las redes sociales, los californianos indignados ironizan: “Nos llevaremos nuestros aguacates y nuestra marihuana, y nos vamos”.

Desde la campaña por el Calexit han respondido con un matiz: “A diferencia del Brexit, que fue una retirada de la comunidad internacional, nuestro referendo busca que California se una a ella”.