Ambos casos reflejan una creciente preocupación por tácticas de intimidación vigilante contra personas latinas.
Dos incidentes separados en Carolina del Sur y Pensilvania han reavivado las preocupaciones sobre el acoso racial y la suplantación de agentes de inmigración. En ambos casos, hombres se hicieron pasar por oficiales de ICE para intimidar a personas latinas. Estos sucesos ocurren en un contexto de mayor represión migratoria bajo la administración Trump, generando un clima de temor en las comunidades latinas.
En Sullivan’s Island, Carolina del Sur, Sean Michael-Emmrich Johnson, de 33 años, fue arrestado tras la difusión de un video viral que lo muestra hostigando a hombres latinos. Johnson se entregó a la policía y enfrenta cargos por secuestro y suplantación de un agente de la ley.
En el video, que se compartió ampliamente en redes sociales, Johnson se acerca a una camioneta con tres hombres latinos y le grita al conductor que será “enviado de vuelta a México”, mientras le arrebata las llaves y lo burla por hablar español.
“¡Esto es América, aquí se habla inglés!” grita Johnson antes de golpear el celular del conductor. También lo llama “El Chapo” y lo acusa de manejar sin licencia.
A pesar del evidente componente racista, Johnson no puede ser acusado de crimen de odio, ya que Carolina del Sur no cuenta con leyes contra delitos de odio. No obstante, las autoridades han presentado los cargos más severos posibles dentro de la ley estatal.
Un caso similar ocurrió en Filadelfia, donde tres hombres se hicieron pasar por agentes de ICE en el campus de la Universidad de Temple.
Según la policía, Aidan Steigelmann, de 22 años, y otros dos hombres intentaron usar su identidad falsa de ICE para entrar a una residencia estudiantil. Al ser rechazados, se dirigieron a una tienda de galletas Insomnia Cookies, repitiendo la misma táctica.
Más tarde, la policía arrestó a Steigelmann, mientras los otros dos huyeron en un SUV. Los tres hombres vestían camisetas negras con las palabras “Police” en el frente e “ICE” en la espalda.
La Universidad de Temple condenó el incidente, calificándolo de “profundamente preocupante y decepcionante”. Un estudiante implicado ha sido suspendido temporalmente mientras avanza la investigación.
Ambos casos reflejan una creciente preocupación por tácticas de intimidación vigilante contra personas latinas, en un momento en que la política migratoria se endurece.
Roman Palomares, presidente de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC, por sus siglas en inglés), advirtió que estos incidentes podrían aumentar si no se toman medidas serias.
“Esto es solo el comienzo, a menos que lo denunciemos y aseguremos un castigo ejemplar, seguirá ocurriendo”, dijo Palomares, instando a las autoridades a enviar un mensaje claro de que estas prácticas no serán toleradas.
A medida que el debate sobre la inmigración sigue intensificándose, estos casos resaltan el creciente temor dentro de las comunidades latinas—no solo por el endurecimiento de la ley, sino por personas que, bajo falsas pretensiones, intentan tomar la justicia por su mano.