El Departamento de Transporte señaló que los estándares previos habrían elevado el promedio exigido hasta 50.4 millas por galón para 2031.
La administración federal esta semana dio a conocer un análisis oficial que proyecta un ahorro significativo para las familias estadounidenses mediante el reinicio de los estándares de eficiencia vehicular CAFE. De acuerdo con el informe, publicado por la Oficina de Investigación de la Casa Blanca, la revisión regulatoria evitaría que los automóviles nuevos aumenten su precio en cerca de mil dólares por unidad y generaría un ahorro acumulado de ciento nueve mil millones de dólares en cinco años. El análisis, disponible en los comunicados abiertos de la administración, subraya que estas cifras responden a cálculos basados en proyecciones de fabricación, demanda y costos de cumplimiento observados durante la última década.
La Casa Blanca explica que el propósito de este ajuste es regresar a un marco regulatorio más equilibrado. La administración sostiene que las normas anteriores dependían en gran medida de créditos ligados a vehículos eléctricos, lo que elevaba costos para fabricantes y consumidores al incentivar una estructura regulatoria que presionaba a la industria hacia tecnologías que no siempre coinciden con las preferencias reales del público. En su anuncio formal, el gobierno afirmó que el nuevo enfoque busca promover eficiencia sin imponer presiones que actúen como mandatos tecnológicos que no corresponden a la realidad del mercado ni a los presupuestos familiares. Según los funcionarios, el diseño actualizado mantiene incentivos de eficiencia, pero ofrece una trayectoria más razonable que no obligue a las compañías a trasladar cargas adicionales al precio final.
El Departamento de Transporte señaló que los estándares previos habrían elevado el promedio exigido hasta 50.4 millas por galón para 2031, una meta considerada difícil de alcanzar para vehículos de combustión que siguen siendo esenciales para millones de trabajadores y familias. Su análisis preliminar estima que la nueva propuesta, cercana a 34.5 millas por galón, establece un ritmo de mejora más realista y menos costoso.
Medios independientes, reportan que la administración busca reducir cargas regulatorias que podrían haber acelerado transiciones tecnológicas sin considerar la demanda del mercado ni los costos reales para los hogares.
La medida también destaca un argumento central: precios más bajos significan un mayor acceso a vehículos nuevos y seguros. Según el análisis de la Casa Blanca, esto beneficiaría especialmente a familias de ingresos medios, pequeños negocios y residentes de zonas rurales, donde la dependencia de camionetas y vehículos utilitarios es mayor.
Si la propuesta avanza tras el periodo de comentarios públicos, podría convertirse en una de las revisiones regulatorias más significativas en el sector automotriz en años recientes. La iniciativa refleja una estrategia consistente: reducir complejidad, fortalecer la accesibilidad y priorizar el impacto económico directo en los hogares estadounidenses.






