El panorama deja claro que Bass podría no enfrentar un camino despejado.
La elección para alcalde de Los Ángeles en 2026 apenas figura en el calendario, pero las piezas ya se están moviendo. La posible participación del exsuperintendente del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD, por sus siglas en inglés), Austin Beutner, abrió una grieta que podría animar a otros nombres demócratas a dar el salto. Y entre ellos, una figura destaca con fuerza: la supervisora Lindsey Horvath.
Horvath, quien representa un vasto territorio que abarca desde la línea de Ventura hasta Santa Mónica, Hollywood y buena parte del Valle de San Fernando, se ha convertido en uno de los rostros más visibles del gobierno local. Su protagonismo se disparó tras las tensiones con la alcaldesa Karen Bass por el incendio en Pacific Palisades, zona que ella representa. Desde entonces, su agenda no se ha enfriado: defensa de inmigrantes, presión para aprobar medidas en la Junta de Supervisores y reuniones comunitarias casi a diario.
Su reciente mudanza a un departamento cerca de Hollywood encendió aún más las especulaciones. Cuando le preguntan si busca desafiar a Bass en 2026, su respuesta pública es prudente: dice no tener planes, aunque asegura que escucha a quienes le piden competir. Lo que muchos leen como un “todavía no”.
Además, no está sola. Su mentor político es nada menos que el exalcalde y exembajador Eric Garcetti, quien la ha impulsado desde sus primeros pasos en el Concejo. Horvath, ahora consolidada como demócrata, representa un perfil generacional distinto, con apenas 43 años y una energía política que sugiere ambiciones mayores.
La entrada de Austin Beutner agrega combustible al escenario. Su candidatura podría abrir espacio para que otros demócratas se atrevan a desafiar a Bass, quien por ahora exhibe movimientos estratégicos. La alcaldesa inició la semana junto al congresista Robert García anunciando una próxima audiencia en el Congreso sobre el arresto de ciudadanos estadounidenses y las recientes redadas migratorias. El tema estalló después de que ProPublica revelara que más de 170 ciudadanos habían sido detenidos, incluido el activista Leo Martínez en Oxnard y el líder sindical David Huerta.
Mientras tanto, otro nombre vuelve a circular: Rick Caruso. Aunque se decía que estaba mirando la gubernatura, su agenda sugiere otra historia. Ha sostenido reuniones con residentes en Encino y ha recorrido zonas con campamentos de personas sin vivienda. En política nada es casualidad; si Caruso conversa con medio mundo, quizá esté tomando el pulso para buscar revancha tras su derrota de 2022.
A meses de la elección, nadie quiere mostrar todas sus cartas. Pero el panorama deja claro que Bass podría no enfrentar un camino despejado. Entre la hiperactividad de Horvath, la presencia de Beutner y el suspenso de Caruso, la contienda promete ruido, competencia y más de una sorpresa. En Los Ángeles, lo único seguro es que aún queda mucho por definirse.






