Ellen Ochoa: la ingeniera que rompió la gravedad… y el techo de cristal

En 2003, cuando el transbordador Columbia se desintegró en su reingreso, fue ella quien activó el protocolo de emergencia.

Antes de conquistar el espacio, Ellen Ochoa ya desafiaba las expectativas. Nacida en Los Ángeles en 1958 y criada en La Mesa, California, creció en una familia donde el español fue dejado de lado para evitar la discriminación. Su pasión por la música y las ciencias la acompañó desde niña: tocaba la flauta, ganaba concursos de ortografía y se destacaba en matemáticas. Pese a que Stanford le ofreció una beca completa, eligió estudiar física en San Diego State para mantenerse cerca de su familia. Más tarde, obtuvo un doctorado en ingeniería eléctrica en Stanford, donde también obtuvo sus primeras patentes en óptica.

Convertirse en astronauta no fue fácil. Fue rechazada en sus primeros intentos, pero persistió mientras trabajaba en Sandia Labs y en el centro Ames de la NASA, donde lideró un equipo de científicos en sistemas inteligentes. En 1990, finalmente fue aceptada en el programa de astronautas. Tres años después, se convirtió en la primera mujer hispana en viajar al espacio a bordo del transbordador Discovery. Fue la primera de cuatro misiones en las que estudió el impacto solar en el clima, reparó satélites y ayudó a construir la Estación Espacial Internacional.

En tierra, Ochoa siguió ascendiendo. Tras su último vuelo en 2002, se integró a la dirección de operaciones de tripulación. En 2003, cuando el transbordador Columbia se desintegró en su reingreso, fue ella quien activó el protocolo de emergencia. En 2013, se convirtió en la primera latina y la segunda mujer en dirigir el Centro Espacial Johnson de Houston. Allí impulsó un rediseño institucional llamado “JSC 2.0” para adaptarse a una nueva era espacial, promovió la diversidad y lideró proyectos clave como el primer vuelo de prueba de la nave Orion y la misión de un año en la EEI.

Tras tres décadas en NASA, se retiró en 2018. Su historia sigue inspirando a nuevas generaciones de científicas, ingenieras y soñadoras. Ellen Ochoa no solo abrió camino en el espacio, también lo hizo en los pasillos del poder científico y tecnológico, dejando una huella que trasciende fronteras y géneros.