Lo que alguna vez fue solo un paraíso turístico se ha transformado en un refugio permanente para más de 700,000 ciudadanos estadounidenses.
Cada vez más estadounidenses están cruzando la frontera… pero no para vacacionar ni para invertir a corto plazo: lo están haciendo para quedarse. México se ha convertido en el principal destino de residencia para ciudadanos de Estados Unidos, que ya representan cerca del 70 % de los 1.2 millones de migrantes que viven en territorio mexicano, según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica de 2023.
Aunque este fenómeno tiene décadas, cobró un nuevo impulso tras la pandemia. La posibilidad de trabajar desde casa, el poder adquisitivo del dólar, la cercanía con EE. UU. y la creciente familiaridad con el español son factores clave en esta tendencia. Lo que alguna vez fue solo un paraíso turístico se ha transformado en un refugio permanente para más de 700,000 ciudadanos estadounidenses.
México ofrece facilidades migratorias que atraen a esta población. Los estadounidenses no necesitan visa de turista y pueden permanecer hasta 180 días por visita. Muchos optan por visas de residencia temporal —válidas por hasta cuatro años—, cuya emisión se duplicó entre 2021 y 2023. También creció la demanda de tarjetas de residencia permanente, que permiten establecerse de forma indefinida. Desde 2014 se han otorgado más de 72,000 de estas tarjetas a ciudadanos de EE. UU.
Pero no todo es regular. También existe un número desconocido de estadounidenses viviendo sin documentos. Entre 2012 y 2024, México registró más de 18,000 procedimientos administrativos migratorios y más de 14,500 deportaciones de ciudadanos estadounidenses. Aun así, las cifras son bajas en comparación con el tamaño de la comunidad.
La migración desde EE. UU. no es solo un fenómeno demográfico, sino también político y cultural. Según Google Trends, cada elección presidencial o evento polarizante, como el asalto al Capitolio o la revocación de Roe v. Wade, ha disparado las búsquedas de “vivir en el extranjero” o “mudarse a México”. Aunque figuras como Eva Longoria o Cher amenazaron con mudarse tras la elección de Trump, en la práctica, el éxodo parece estar motivado más por oportunidades laborales, reunificación familiar y calidad de vida que por ideología.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía muestra que estados fronterizos como Baja California, Chihuahua y Tamaulipas concentran altos números de residentes estadounidenses, por encima incluso de la Ciudad de México. Zonas como la Roma o la Condesa, conocidas por su gentrificación, son apenas una muestra visible de un fenómeno mucho más amplio.
Mientras Washington endurece su postura migratoria, miles de sus ciudadanos eligen una vida al sur del muro. Irónicamente, el país que tantos cruzan para buscar oportunidades, ahora las ofrece en sentido inverso.