El Comité Estadounidense para Refugiados e Inmigrantes, una de las organizaciones colaboradoras, está brindando asistencia a 14 personas reubicadas en distintos estados.
La reciente decisión de la administración actual de acelerar el reasentamiento de afrikáners sudafricanos en Estados Unidos ha provocado reacciones mixtas en el ámbito político y diplomático. El enfoque diferenciado hacia esta comunidad de ascendencia europea ocurre en un contexto más amplio de restricciones migratorias, lo que ha generado cuestionamientos sobre criterios y prioridades del programa de admisión de refugiados.
El gobierno estadounidense ha defendido su iniciativa argumentando motivos humanitarios, mientras que algunas organizaciones han expresado inquietudes. Melissa Keaney, abogada del International Refugee Assistance Project, señaló que la medida pone en evidencia una diferencia de trato, especialmente tras la suspensión indefinida del Programa de Admisión de Refugiados (USRAP) en enero, que afectó a más de 120,000 personas ya aprobadas para ingresar.
En redes sociales, el vicepresidente JD Vance reaccionó con un escueto “Crazy” (“Una locura”), mientras que en Sudáfrica, algunas voces locales también expresaron escepticismo. El autor afrikaner Max du Preez comentó que las denuncias de persecución a blancos en su país carecen de fundamentos sólidos. Según datos policiales sudafricanos, en 2024 se registraron 44 homicidios en zonas rurales, de los cuales ocho fueron agricultores. Aunque la mayoría de los propietarios de tierras son blancos, los registros oficiales no desglosan las cifras por raza.
Las relaciones entre Washington y Pretoria se han visto tensadas desde que comenzó a discutirse el posible reasentamiento de esta comunidad. En marzo, el embajador sudafricano en EE.UU., Ebrahim Rasool, fue expulsado tras criticar el enfoque del gobierno estadounidense, lo que llevó a un cruce de declaraciones sobre el uso del discurso racial en la política exterior.
Según un comunicado del Departamento de Estado, “Estados Unidos envía hoy un mensaje claro, en línea con la agenda de política exterior de América Primero: el país tomará medidas para proteger a las víctimas de discriminación racial”, afirmó la portavoz Tammy Bruce.
Para ser considerados en este proceso de reasentamiento, los solicitantes deben tener nacionalidad sudafricana, pertenecer al grupo étnico afrikáner o formar parte de una minoría racial en el país, y demostrar experiencias pasadas de persecución o temor creíble de persecución futura.
Mientras 14 personas comienzan una nueva vida en estados como Idaho, Iowa y Carolina del Norte, muchos otros solicitantes de distintas regiones esperan claridad sobre sus casos, lo que pone de relieve los desafíos más amplios que enfrenta la política de refugiados en medio de las cambiantes dinámicas globales.